Salvador Freixedo

No se enteran y siguen en la luna,
no ven que el pueblo se está cabreando
y siguen a los bancos ayudando
con una vil obediencia perruna.

Nos dan la impresión de una gran tontuna
porque siguen a todos apretando,
pero la calle se sigue caldeando
porque empieza a notarse ya la hambruna.

Aumentan cada día los parados,
protestan los institutos y escuelas,
no oyen los llantos de los desahuciados

y solo escuchan a los de Bruselas.
Los de la Hacienda van de tumbo en tumbo
y esto va mal si no hay cambio de rumbo.

Y aunque las cosas no son nada gratas
que nos libre el Señor de otros sociatas.

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