“El hombre es cabeza de la mujer”,
dijo Pablo el apóstol de renombre.
Y la frase es posible que te asombre
porque no es nada fácil de entender.
Mas los varones tienen que saber
que aunque el apóstol así no lo nombre,
la mujer es el corazón del hombre
y sin su ayuda, él nada puede hacer.
Si no hay corazón no se puede amar,
y si no hay amor la vida es tristeza,
y con frecuencia un largo agonizar.
Pero a muchos pensar les da pereza,
y a menudo podemos contemplar
a varones que no tienen cabeza.