El papa Francisco es providencial
para rescatar al catolicismo
que estaba medio caído en un abismo
y casi a punto de acabar muy mal.
Era una desbandada general
la que sufría todo el cristianismo
porque había caído en un autismo
que causaba un aislamiento total.
Le dijo a una jerarquía arcaica
que estaba aquejada de grave amnesia,
que la ninguneada masa laica
era la parte vital de la Iglesia,
y el que hubiera estado tan olvidada
era la causa de la desbandada.