En el aborto, a un niño se le quita la vida;
según la ley divina, eso maldito está,
y el que tal crimen haga, caro lo pagará
pues matar a un nonato es acción prohibida.
Siempre que un gay adopta, de forma permitida,
pensando que al hacerlo un bello hijo tendrá,
está haciendo algo odioso, y una acción fementida
porque le está robando a un niño su mamá.
El que aborta a un infante le arrebata la vida,
y el gay que adopta, priva de una madre querida.
Aborto y adopción son feo par de horrores
que esta sociedad loca al borde del abismo
practica por millones con bárbaro cinismo
sin pensar que es un sádico abuso de menores.