El vicioso Poder Ejecutivo
en todas las naciones es infernal,
y en su forma de actuar tan garrafal
le acompaña el Poder Legislativo.
Entre los dos mantienen muy cautivo
al marginado Poder Judicial
y lo obligan a que funcione mal
y a aparecer como muy poco activo.
A la hora de hacer los presupuestos,
con premeditación y con malicia,
las asignaciones para Justicia
aparecen en los últimos puestos.
Los políticos son siempre mejorados,
mas no asignan dinero a los juzgados.