Hoy haré un gran soneto en el que arengue
a la gente que está desanimada,
y de la vida ya no espera nada
pues la ven como si fuera un mal dengue.
Cierto que la vida no es un merengue.
“Una mala noche en mala posada”,
nos dijo aquella monja iluminada
que no era cobardona ni blandengue.
Para los que tenemos esperanza,
esta vida es solo una breve etapa,
más allá nos espera una más guapa
de lo que nuestra inteligencia alcanza.
Esto es lo que dice la religión,
y esto es lo que desea el corazón.