Borrell, con sus asesores abyectos,
dice que nuestras bombas criminales
“no tienen efectos colaterales”,
(y es porque los que tienen, son directos).
El Gobierno, de cerebros selectos,
a los bárbaros bombazos infernales,
que para mucha gente son mortales,
los denomina efectos indirectos.
Estos del PSOE tan humanistas,
y tan enemigos de los banqueros,
tan demócratas y antibelicistas,
en cuanto ven de por medio dineros,
se convierten de pronto en usureros
y actúan como los capitalistas.