Vivo en una perpetua acción de gracias
por las muchas cosas que se me han dado,
y porque mi ángel amigo me ha salvado
de tantos infortunios y desgracias.
De dar gracias a tu ángel no te sacias,
al sentirte tan querido y amado
y por haber sido siempre bien guiado
en un mundo tan lleno de falacias.
Si te inspeccionas y haces inventario,
por muy poco que seas sensitivo,
te das cuenta de que eres millonario
tan solo por el hecho de estar vivo.
Por tanto dale gracias enseguida
al ángel guardián que guía tu vida.