Al creador de las constelaciones
yo lo veo como un padre amoroso
y este conocimiento tan gozoso
me libera de mil preocupaciones.
La mayoría de las religiones
nos presentan a un Dios muy riguroso,
pero sabiendo que Él es bondadoso,
se regocijan nuestros corazones.
Saber esto es una tremenda suerte,
un regalo que Cristo nos ha dado
para perder todo el miedo a la muerte,
sabiendo que al llegar al otro lado
cuando a una nueva vida se despierte
se vivirá en casa de un padre amado.