Doscientos alcaldazos catalanes
organizaron tremenda excursión
para darle ánimos a Puigdemont
y que llevase adelante sus planes.
Entre ellos había muchos rufianes,
más los politicastros de ocasión
que querían hacer demostración
de sus tropelías y sus desmanes.
Pero ahora van a tener que explicar
de dónde sacaron ellos las pelas
para pagarse el viaje y sufragar
las tremendas parrandas de Bruselas.
Esta gran alcaldada catalufa
es solo parte de una ópera bufa.