Al oír que Zapatero y Cañizares
pensaban mantener una reunión
tuvo un golpe de risa la nación
que casi se le rompen los ijares.
Sus puntos de vista son muy dispares
pues el triste expresidente felón
es un reconocido campeón
en provocar ruinas y pesares.
Y ahora ni tiene a su lado a Sevilla
para que le explique alguna cosilla.
La extraña reunión con el cardenal
a muchos les toca los cataplines
y es algo tan extraño y anormal
que estará pronto en el libro de Guinness.