Los viejos políticos carcamales
al llegar la hora de su retirada
tienen su colocación arreglada
en ciertos cementerios laborales.
Son Instituciones muy principales
que no hacen absolutamente nada,
mas la paga está bien asegurada
a cuenta de los públicos caudales.
Suelen tener nombres muy rimbombantes
“Departamento”, “Consejo”, “Instituto”.
Allí no se hace nada en absoluto,
mas cobran cada mes los muy tunantes.
Y en subvencionar estos chiringuitos
gasta el Gobierno nuestros dineritos.