El derecho de huelga es muy sagrado,
mas los sindicatos lo han prostituido,
y cuando es general, se ha convertido
en sufrimiento para el pueblo honrado.
Nos causan a todos un gran enfado
pues contra la justicia y sin sentido
muy frecuentemente no han permitido
que hiciésemos lo que habíamos pensado.
Para lograr lo que les viene bien
utilizan al pueblo como rehén.
Todo el sufrimiento y todo el coraje
que les causa la maldad del patrón,
ellos cometen el tremendo ultraje
de trasladárselo a la población.