La sociedad debe reflexionar
sobre los derechos de las mujeres:
tienen derecho a viajes y placeres
y a tener libertad y disfrutar.
Tienen derecho sobre todo a amar,
y ese es el principal de sus deberes;
tienen derecho a emitir sus pareceres,
pero no tienen derecho a matar.
Y eso es lo que realizan cuando abortan,
prisioneras del miedo o del coraje,
diciendo con ese acto tan salvaje
que las leyes de Dios no les importan.
Con ese falso y criminal derecho
sacan de su vientre a su hijo deshecho.