De su calva salía la Gaceta
que para sus lectores era un signo
de un periodismo muy moderno y digno
que no imprime noticia cuchufleta.
Dentro del periodismo hay mucho jeta
que tiene un cierto espíritu maligno,
y yo con lo de Dávila me indigno
pues veo en ello alguna jugarreta.
Dávila daba claro testimonio
de las maldades de los de la ceja.
Él se burló del falso matrimonio,
él casi pone a Bono tras la reja,
y a alguna ministrilla algo pendeja.
Pero ya ven. Así paga el demonio.