El Mariano, de memoria maldita,
por no marcharse a tiempo de su puesto,
dejó un clima político funesto
pues dio paso a un PSOE podemita.
Pero ahora Ciudadanos lo imita
al facilitarles lo del presupuesto,
y por desgracia, con ese feo gesto
Albert Rivera asoma la patita.
Para un político el poder es opio
que les hace olvidar su dignidad.
Le dan un gran valor a su amor propio
aunque hagan sufrir a la sociedad.
Si Ciudadanos ayudase al PSOE,
es que el mismo veneno los corroe