En esta sociedad ya no hay maridos,
eso es un nombre de los tiempos de antes,
porque ahora los novios ya son amantes
y son por todo el mundo consentidos.
Antes a estos les llamaban “queridos”
y se veían como unos tunantes;
ahora son “pareja”, aunque sean golfantes
y son en todas partes admitidos.
Antaño se juraba amor eterno,
pero ahora, con tanta libertad,
ya no se aprecia la fidelidad
y es muy corriente que aparezca un cuerno,
y entonces a toda velocidad,
cada uno envía al otro al infierno.