Existen dos tipos de feminismo:
uno que es perfecto y fenomenal
pues tiene una meta justa y real
por la que lucha con todo civismo.
Y en cambio hay otro que es un paroxismo,
que mira a los machos de igual a igual;
“una mujer muy mujer se ve mal
y hay que desfeminizarla ya mismo”.
Estas feministas tan alocadas
deberían estar bien encerradas.
Su ideología es antifemenina
porque predican la estúpida maldad
de que hay que rehuir y cogerle inquina
al instinto de la maternidad.