En el mundo político busqué
alguien al servicio público entregado,
generoso y a su cargo dedicado,
y a pesar de mi esfuerzo, no lo hallé.
Entre periodistas luego indagué,
buscando a quien no escribiese al dictado
del amo que lo había contratado,
y tampoco a ninguno me topé.
Busqué entre gente de televisión
y encontré mucha degeneración.
Y cuando ya pensaba que no había
y que tendría que buscar más lejos,
descubrí en un asilo a sor María
que hacía treinta años que cuidaba viejos.