La línea recta infinita del mar
suscita en mi alma una enorme emoción,
y me transporta a una mítica región
de la que me es muy difícil hablar.
Ante el piélago, lo mejor es callar,
encerrarse dentro del corazón
y ver que el secreto de la creación
solo se entiende con el verbo amar.
Esa línea que se une con el cielo
Deja sobrecogida nuestra mirada
Y nos llena el alma de desconsuelo
pues ante ella vemos nuestra nada.
Al ver esa línea recta infinita
mi alma flota en el universo y medita