La mujer en masa se ha rebelado
contra su útero y contra su pechos.
pues los juzga cual restos y desechos
de un atávico instinto trasnochado.
A la mujer en masa han engañado
con promesas, empleos y cohechos
exagerándole muchos derechos
que ya por ser mujer había heredado.
Es muy justo que quiera ser doctora,
o una buena ingeniera o abogada,
o descollar como investigadora,
o ser una política encumbrada.
Pero no hay título que mejor le cuadre
que el sacrosanto título de madre.