La mujer que no quiere descendencia
está ejerciendo su pleno derecho,
pero es un pensamiento muy estrecho
pues su elección tiene algo de demencia.
Porque es muy raro no tener conciencia
de que la maternidad es un hecho
que será para ella de gran provecho
y que marcará toda su existencia.
En cualquier trabajo u ocupación
a la que deberá ir cada día,
le darán alguna retribución
pero su alma seguirá muy vacía.
En su vida, su mayor regocijo
será siempre el abrazo de algún hijo.