Lo de los Ghaves, Zarrías y Griñanes
no era una ordinaria corrupción,
era una política putefacción
de aquellos ilustrísimos gañanes.
Susi nada sabía de sus planes
pues Susi es modelo de perfección,
y denunciaría sin dilación
si hubiese conocido sus desmanes.
Los béticos políticos ganapanes,
cínicos, sinvergüenzas y truhanes,
están en tremenda competencia
con los esperpénticos catalanes,
a ver quién roba con más insolencia.
¿Cuándo se acabará nuestra paciencia?