En España puedes reírte del rey
y no obedecer a la Constitución,
robarle al erario mucho millón
o insultar a Mariano Rajoy Brey.
Puedes llamarle a un arzobispo, buey,
o a cualquier juez del Supremo, ladrón,
mentir en las Cortes a discreción
o burlar de mil maneras la ley,
pero no te atrevas a criticar
a los del contubernio LGBT
porque una injustísima ley prevé
que te pueden por eso encarcelar.
Nuestro Orden Jurídico tan sagrado
lo han convertido en papel de excusado.