La bética sultana Susanita,
amiga del Grñán de los reptiles,
obedeciendo a los de los mandiles,
quiere hacerse dueña de la mezquita.
La niña del ratón se precipita,
no sabe que desde los años miles
los que allí mandan no son los civiles
pues manda Cristo y la Virgen Bendita.
Susana al contemplar tanta columna
vio que para el partido era un negocio,
porque ella es una extraordinaria alumna
de Gorrías, que antaño fue su socio.
Para estos socialistas tan canijos
sobran catedrales y crucifijos.