Nuestra España está triste ¿qué tendrá nuestra España?
Su alegría de siempre algo hay que la empaña,
ha perdido la risa, ha perdido el color.
Todo son hipotecas, sollozos y lamentos,
y tras las elecciones en los ayuntamientos,
ha surgido una mafia que nos inspira horror.
Primero gobernaron los viejos socialistas,
que con gran chulería robaron a ojos vistas,
dejando muy maltrecho al Servicio Social,
y cuando los salvajes y nazis de la ETA
hicieron patriotismo de bomba y metralleta,
entre Felipe y Guerra les montaron un GAL.
Tras ellos fue la era del necio Zapatero,
atrevido, ignorante, audaz y majadero,
causante principal del actual desaliento;
un ejemplo perfecto del vil politicastro
que nombraba ministros que encontraba en el rastro
y dijo que la Tierra era solo del viento.
Tras este alucinado apareció el PP,
que con los sobrecitos lo pasaba chipé.
Rajoy metió al partido en insondable sima
pues de lo prometido, él no ha cumplido nada;
millones de votantes ya han dado la espantada,
y entre Mas y Junqueras le han hecho pis encima.
Y ahora le toca el turno al demagogo Pablo
que usa su verborrea como un útil venablo.
Le han regalado el voto millones de borregos
impresionados todos por sus trolas y gritos,
sin estar preparados para los corralitos
que montará Podemos, lo mismo que los griegos.