Salvador Freixedo

“Nunca hagas trampas a nadie, y ayuda”.
Si en tu vida le dieses cumplimiento
a este tan noble y simple pensamiento,
agradarías mucho a Dios, sin duda.

Esta idea parece simple y ruda,
pero en verdad cumple ciento por ciento
lo que nos manda el mayor mandamiento,
y fortalece nuestra fe desnuda. .

El cristianismo nos exige amar,
pero eso es solo un pensamiento puro
que todos tenemos que concretar

ayudando a aquel que esté en un apuro.
Amar al prójimo como a tí mismo
es lo que nos exige el cristianismo.

Más sonetos de Salvador Freixedo

ÚTEROS DE ALQUILER

Ya se alquilan úteros de ocasión,tal como les gusta a los progresistasy a ciertas alocadas feministasde esta sociedad en putrefacción. Avanzamos en nuestra corrupción,alentados por

PARA QUÉ VALE EL SOLEMNE SENADO

¿Para qué vale el solemne Senado,y para qué la propia Constitución,si de cualquier gobernante bribónun dcreto-ley los deja de lado? ¿Y para qué un Congreso