Los anuncios de Rivera primeros
nos lo presentaban siempre en pelota,
y aquella original y chula nota
le hizo entonces ganar muchos enteros.
Pero Albert sigue todavía en cueros,
y en su lucha con Vox y la gaviota
creo que va a llevar una derrota
pues comete errores nada ligeros.
A los de Vox, todo se lo discute,
pero en cambio, de manera imprudente,
nos pone en Barcelona de gerente
a un muy sospechoso masón franchute.
Muchos de los charnegos castellanos
no se fían nada de Ciudadanos.