Salvador Freixedo

Gran Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea siempre tu nombre,
y eso a pesar de que el mezquino hombre
lo tiene escondido tras de mil velos.

Pasamos la vida entre mil desvelos
tratando de ser alguien de renombre,
con una fortuna y fama que asombre
y que a nuestros vecinos les de celos.

Por conseguirlo trabajamos fuerte,
y cuando creemos que los hemos logrado
nos salen al paso, con desagrado,

la inesperada vejez y la muerte.
Desprecia tanta cosa pasajera
pues, tras la muerte, tu Padre te espera.

Más sonetos de Salvador Freixedo

LAS COMADRES PEPERAS SE PELEAN

Las comadres peperas se peleany se propinan sonoros sopapos,tienen que tragar repugnantes sapos,pero de sus poltronas no se apean. La vagancia de don Mariano aireany

INDEPENDENCIA ESTREÑIDA

Puigdemont declaró la independenciapero es una independencia estreñidapues no la tenían bien digeriday hay que empujarla con mucha potencia. Tanta retención produce dolenciapues lleva muchos

LA MINISTRA CELAÁ

La indigente ministra Celaáal registrar su bienes, se olvidóde ciertos pisitos que se compró,pero Eduardo Inda le dijo: ¡ja ja! No seas mentirosa, anda p’allá,que