Perico dijo NO-NO,
Puigdemont dijo NI-NI.
Cuando todo estaba así
Mariano ni se inmutó.
Don Jordi libre siguió
y lo mismo Urdangarí,
la ley apesta a pipí,
y el Gobierno se zurró.
Invadieron el congreso
una tropa de rufianes,
y aunque son unos patanes
nos la quieren dar con queso.
En manos de tales amos
¿nos reímos o lloramos?