Resulta que estaba Pilar Urbano
rezando devota una letanía,
y le apareció san José María
para hablarle de nuestro soberano.
Le dijo que el rey era algo villano,
que no era como la gente creía;
Pilar lo dijo y hubo algarabía
a todo lo ancho del solar hispano.
Entre los periodistas, unos cuantos
a doña Pilar la trataron mal,
pero enseguida la llevó Losantos
a que hablase en Libertad Digital
y entre los dos contaron los encantos
de la Zarzuela y de la Casa Real.