Hoy vimos a Rubalcaba en El País,
el servil diario que le hace su campaña,
que a sus lectores con gran frecuencia engaña
porque es un periódico chisgarabís.
Seis paginazas de sólida patraña
donde Alfredo no recibe ni un mentís,
exprimiendo a tope su materia gris
para parir trolas con astucia y maña.
Y como él es en alquimia doctorado
nos entrega el trolerío sublimado.
Zapatero decidió, tras muchas vueltas
y después de haber dejado el fisco en trizas
entregarle a Rubalcaba las cenizas,
pero él las quiere, por profesión, disueltas.