Se están suicidando los europeos,
sus mujeres ya no quieren parir,
porque aborrecen y quieren huir
de embarazos y de pañales feos.
Ahora sus principales deseos
son el estar bellas y presumir,
ser independientes y competir
con los hombres, en sueldos y en empleos.
Los políticos, en vez de dialogar,
y de purificar la democracia,
prefieren discutir y guerrear
y hacer de este mundo una gran desgracia.
Y en el tiempo que llevan discutiendo,
la media luna nos está invadiendo.