Si Losantos te invita a su emisora,
no pienses ni un minuto en aceptar,
porque aunque quieras, no podrás hablar,
pues solo es él quien habla hora tras hora.
Él se cree la caja de Pandora,
tú tendrás solamente que escuchar,
y si hablases te mandará callar,
porque eso, su monólogo aminora.
Si coge la palabra Federico
todos saben que han de cerrar el pico.
Marhuenda allí acude de mala gana
pues tiene en historia una maestría,
y cuando a veces le enmienda la plana,
Losantos le forma una algarabía.