Se está modernizando la teología,
y ya no es la clásica de Salmántica,
muy enrevesada y medio diofántica,
que muy poca gente comprendía.
Amanece para ella un nuevo día
que la hace más humana y más romántica,
al codearse con la física cuántica
y llenarse de una nueva energía.
Se funden las visiones de los santos,
llenas de celestial candor y gracia,
con las calladas fuerzas de los cuantos
dotadas de una terrena eficacia.
Este infinito cosmos del Creador
está todo él impregnado de amor.