Él creía ser un gran triunfador:
buen chalet, buen yate y un gran coche;
Gastaba abiertamente y con derroche
y pasaba por ser un gran señor.
Tenía además título de doctor,
y daba grandes fiestas por la noche,
salía en el periódico a troche y moche,
porque era un político enredador.
No tenía verdaderos amores
porque tenía el alma muy vacía
puesto que en él, sus únicos valores
eran su soberbia y su chulería.
Llevaba el cuello alto como jirafa,
pero su espíritu era una piltrafa