Una nación sin poder judicial,
seguro está en una crisis profunda,
y es del todo lógico, que en ella cunda
un triste desaliento general.
Si los tribunales funcionan mal,
es natural que la nación se hunda,
y que la gente esté triste e iracunda
y caiga todo en un caos total.
Esta dictadura de los partidos,
a los jueces los ha fagocitado,
y a la justicia la han asesinado
estos politicastros forajidos.
Y lo peor es que todo el sistema
apesta, convertido en una flema.