Yo excomulgo al que crea en el infierno,
porque ese es un dogma muy calumnioso,
contra todo un Dios Padre bondadoso
incapaz de darnos suplicio eterno.
Esta creencia en un injusto averno
fue la invención de algún loco furioso,
que como era un solterón religioso
desconocía el instinto paterno.
El gran Dios es padre y madre a la vez
y por lo tanto tiene un gran regazo,
y el ser humano es una pequeñez
que no se merece tan gran rechazo.
Dios es padre y es madre, no es un juez
y nos castigará con un abrazo.