Las leyes injustas nos amordazan
y nos roban nuestra libertades;
no importa que protestes o te enfades
tu hacienda y tus derechos se adelgazan.
Los gobernantes en secreto trazan
cómo dominar nuestras voluntades
e ir encogiendo nuestra facultades,
y si protestamos nos amenazan.
Van fabricando poco a poco leyes
para tener un dominio total
y tratarnos a todos como bueyes
con un sutil control dictatorial.
Y a esta atropellante y vil falacia
le seguimos llamando democracia.