Los políticos, si un juez les molesta
porque se pone estricto y justiciero,
enseguida lo mandan al trastero
y así ellos pueden seguir con la fiesta.
Por eso está la justicia que apesta,
con mucho bribón en el candelero,
con mucho político torticero
y muchos jueces durmiendo la siesta.
Nuestra democracia está pervertida
en proceso de descomposición,
y está la pobrecita tan podrida
que ya se teme por su defunción.
¡Y ahora Podemos, con su cantinela!
¡Éramos pocos, y parió la abuela!