La ley es una perfecta canallada
que inventaron socialistas solones
para fastidiarnos a los varones,
que no nos podemos defender nada.
Cualquier justicia en ella está olvidada,
porque resulta que existen millones
de muy bien falseadas acusaciones,
y la cosa está ya muy sentenciada:
el varón es culpable en la sentencia.
Y cuando la mujer es la que acusa,
el macho no tendrá ninguna excusa
y a él le obligan a probar su inocencia.
Y aunque sea una excelente persona
según la inicua ley, duerme en chirona.