Buscaron sobre el aborto un consenso
por ver si lo podían aprobar
y se pusieron a deliberar
en un ambiente caldeado y tenso.
Fue un discutir atropellado y menso;
el crimen no se puede consensuar
y el congreso que lo llegue a aceptar
merecerá un formidable suspenso.
El aborto es un acto criminal
que no depende de una votación,
porque lo prohíbe la ley natural
aunque lo apruebe la Constitución.
Quien defienda una acción tan denigrante
o es un cínico o es un ignorante.