Desde el día en que a don César Vidal
se le excitó su veta protestante
ya no hay persona culta que lo aguante
y ha comenzado a caerme fatal
pues a nuestra España la mira mal
y a su historia la trata con desplante.
La Reforma para él, sí fue elegante
y realizó un papel fenomenal.
Desde que lo largaron de la Cope
se le puso su mala leche a tope.
Para él, el español es poco fino
y los pueblos del norte están primero.
Él sigue siempre al fanático Calvino
y las machadas del ínclito Lutero.