Se trata de un perfecto criminal
que tiene por mote Josu Ternera,
pero en verdad es una vaca fiera:
muy poco de humano y muy animal.
Con escaso contenido craneal,
-que es lo que de un etarra se espera-
asesinaba a todo aquel que no creyera
que EuskalHerría es un país sin igual.
Como es un fanático descerebrado,
para Ternera, matar por su país,
es un acto patriota y obligado
y tan ordinario como hacer pis.
Él se encomendaba cada mañana
País Vascoal santo chiflado Sabino Arana.