Meditando el monje en la independencia
en la soledad de su cubículo,
buscaba en la Biblia algún versículo
para darle más paz a su conciencia,
y que así tuviese más consistencia
lo que iba a escribir en un artículo.
Pero al publicarlo quedó en ridículo
pues lo que decía era una indecencia.
Decía que la Orden de San Benito
y nuestra Señora de Monserrat
son simpatizantes del plebiscito
y de la honrada Generalitat.
En Cataluña no existe maldat,
y el tres por ciento es solo un pecadito.