Pasa el tiempo y sigo haciendo sonetos,
y sigo meneando las neuronas
y así no se me vuelven dormilonas
y se olvidan de fabricar cuartetos.
Mis versos todavía son inquietos
pues juzgan muchos hechos y personas;
no son simples rimas facilitonas
pues son cáusticos con ciertos sujetos.
Cada día sentado en mi sillón
practico un análisis muy estricto
de cómo se encuentra nuestra nación.
Si hay algún problema o algún conflicto,
en pocos momentos mi juicio dicto
y en un soneto doy la solución.
Si usted dice que soy un fanfarrón
habrá dicho un perfecto veredicto).