Yo no soy ningún poeta lírico,
soy un escritor bastante ramplón,
que rara vez encuentro inspiración
en algo basado en el mundo onírico.
Soy muy poco inclinado al panegírico
porque abunda demasiado el bribón,
y por eso mi mayor afición
es ser versificador satírico.
Hay quien cree que soy un comecuras,
y otros, que soy un fanático odioso,
y como aborrecen lo religioso,
me quieren devorar las asaduras.
Pero con mis años, a estas alturas,
cuando me insultan, lo encuentro gracioso.