Yo soy la voz que clama en el desierto,
decía el precursor san Juan Bautista;
el hombre se encontraba pesimista
porque Herodes lo quería ver muerto.
Yo escribo sonetos, no sé si acierto,
pues de ello no tengo ninguna pista
para tener algún punto de vista,
pero haciéndolos mucho me divierto.
Para dejar claras sus opiniones
los periodistas de los periódicos
necesitan siempre muchos renglones,
aun aquellos que escribiendo son módicos.
Yo con los catorce de la Violante
echo mis ideas para adelante.